viernes, 26 de abril de 2013



COMO MOLDEAR LA CONDUCTA DE SU HIJO
 
Cuando hablamos de buenos modales, disciplina y formación en valores tendemos a pensar que unos son sinónimos de otros y en realidad son cosas completamente diferentes.

Crear un hábito significa enseñar buenos modales, costumbres, rutinas y normas de comportamiento.

Los hábitos sólo se logran a través de la repetición constante y la perseverancia. Y para lograr inculcar esto en tu hijo necesitarás armarte  de mucha paciencia. Porque si eres capaz de lograr esto le ayudarás a que tu hijo pueda establecer en el futuro relaciones interpersonales exitosas.

Otro de los elementos claves aquí es el ejemplo. Recuerda que la mejor manera de lograr que tus hijos adquieran buenos hábitos es darles ejemplo. No podemos intentar inculcar algo si no somos capaces de demostrarlo con buenos ejemplos. Tu hijo nunca aprenderá si tu no le enseñas con tus propias acciones.

Los adultos debemos aplicar lo que exigimos y tratar de cambiar nuestros malos hábitos; porque corremos el riesgo de que estos sean imitados más fácilmente.
A continuación encontrarás algunos consejos que te ayudarán a inculcar buenos hábitos a tus hijos:

Dale a los hábitos la importancia que se merecen. Por ejemplo, si tu hijo adolescente está llegando tarde a casa cada vez que sale con sus amigos; no le pelees porque tiene desordenada su habitación. En este momento es más importante enseñarle a asumir con responsabilidad sus salidas que preocuparse por su desorden.

No corrijas siempre los malos modales. Si están juntos en la mesa, aprovecha este tiempo para conversar y compartir.  A veces se puede pasar por alto un codo en la mesa si todos están pasando un momento agradable.

Todos deben colaborar. La mejor forma de acostumbrar a los hijos a ordenar y a ser responsables con sus objetos es cooperar todos en el aseo de la casa. Desde pequeños puedes enseñarles a poner los juguetes en su lugar. Si solo mamá arregla la casa mientras  papá descansa, cuando los niños sean mayores si son varones esperarán a que su esposa realice las labores y si son mujeres sentirán que las labores de la casa son solo su responsabilidad. Cuando los niños ven que todos recogen la mesa y lavan los platos, entienden que es parte de la convivencia y cuando crezcan no será necesario decirles que ayuden en los quehaceres del hogar.

Siempre de buen humor. Lograr que tus hijos se laven los dientes o el cabello puede convertirse en una pesadilla si te lo tomas muy en serio. Lo mejor que puedes hacer es enseñarles estos hábitos a través de canciones, juegos o historias donde la crema de  dientes, el cepillo y la caries sean personajes de esta historia.

No sufras. Si tu hijo no come, créeme en algún momento del día lo hará. Tu hijo no se dejará morir de hambre.

Repetir y repetir. Cuando las buenas y malas conductas se repiten, se convierten en hábitos. Mientras más rápido vinculemos al niño en la rutina  familiar, más pronto aprenderá.

Las rutinas son aliados. Los hábitos se adquieren más fácilmente cuando se practican todos los días de la misma manera y en el mismo orden. Puedes empezar a establecer rutinas al momento de dormir. Es decir, que primero se lave los dientes, se ponga la pijama, lean un cuento y listos para dormir.

¡Que tenga buen día!